Si no enciendes con entusiasmo
serás encendido con entusiasmo
Deseo dedicar este pequeño relato a aquellos que viven su vida con entusiasmo y además, son capaces de contagiarlo a los demás. Porque han encontrado su felicidad y en su generosidad, la extienden a los demás.
Siguen corriendo tiempo difíciles, seguimos en plena pandemia, encarando la denominada "tercera ola", nuestra clase política sigue sin estar a la altura de su población, hemos visto imágenes que nunca hubiéramos pensado, y nos ha azotado un temporal que parecía salido de una película de ciencia ficción.
Y en medio de todo esto, una vez más, ciudadanos anónimos o no tan anónimos. Personas como Javier o Carlos Sanz del Centro del Lobo Ibérico Felix Rodríguez de la Fuente en Robledo de Sanabria, Zamora, que disfrutan de su trabajo, que día a día se entusiasman con él y lo trasmiten con auténtica facilidad.
Y como no, en medio de todo esto, también están, una vez más, los sanitarios, que con grandes dificultades han continuado con su generosa entrega y no han dejado de prestar sus servicios a la población, pese a que siguen siendo maltratados, y a muchos, muchos ciudadanos anónimos que en medio de todo este caos, han puesto su granito de arena con lo que tenían, trasladando con sus 4x4 pacientes, sanitarios, y lo que fuera necesario, otros, abriendo caminos con sus palas, llevando alimentos a los que los necesitaban...Siempre, siempre, y una vez mas, la ciudadanía supera a su clase dirigente.
A todos ellos, mi sincero y profundo homenaje.
Y como siempre, hablo demasiado para decir lo mismo que otros consiguen con menos palabras, y estas, son las de Antonio Machado:
"En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva",
En Boadilla del Monte, un día de finales de enero de 2021.
ZAMORA OCTUBRE DE 2020.
Son las 19,40 horas
del día 13 de octubre de 2020. Martes y 13. Seguimos con esta maldita pandemia.
Entre batallas políticas del Gobierno de la Comunidad de Madrid, los “Populares”,
y el Central, de coalición entre Socialistas y Podemos. Madrid, con varios municipios del sur ha sido
confinado desde el viernes día 9 de octubre sobre las 16,30 horas. Nadie puede
salir ni entrar a no ser por motivos justificados. Pero…sí podemos movernos
para ir de compras, a tomar una cerveza con ciertas restricciones, o a trabajar.
La sanidad, pilar fundamental para atacar esta pandemia, no ha sido
reforzada, y mientras que la gente sigue
enfermando y muriendo y los sanitarios se manifiestan pidiendo unas mejoras en sus condiciones laborales,
salario justo, contratos no precarios, etc., y más medios personales y
materiales, los políticos se matan entre
ellos. Un asco. Con todas las letras ASCO. Si no fuera porque sería una utopía,
yo me exiliaría…Y esto me afecta más porque mi hijo mayor es enfermero y ha
sufrido y sufre las consecuencias de todo lo que he dicho y más.
Entre peleas, riñas de
patio de colegio y las tragedias que hay por detrás, yo me he cogido unos días
y hemos escapado. Boadilla no está confinada. Somos “ricos” y parece que es a
los pobres a quien esto los ataca más. Así que hemos pasado por el pueblín,
Santa María del Arroyo en Avila, a
quitar el riego y preparar la casa para el invierno además de pasar el puente
con mi hermana cuyo lugar de residencia es Valladolid, para después continuar hacia el norte, rumbo a
Zamora.
Lo que había empezado
por ir a ver la “berrea” y a ser posible en primera línea, ha terminado siendo
una excursión con una empresa para intentar ver al lobo ibérico salvaje. Lo
intentaremos al menos, y si es posible, a ver si podemos avistar otros
mamíferos. Así que he elegido la Sierra
de la Culebra al norte de Zamora donde existe la mayor concentración de
lobos de toda Europa y donde también la berrea se desarrolla con fuerza, aunque
ya la temporada ha pasado.
(Salamanca y Zamora)
Partimos ayer 12 de octubre, a media mañana desde
Avila y llegamos a comer a Salamanca.
Aparcamos junto al rio (40.959202,-5.674570)
y después de descansar decidimos ir a pasear por esta vieja ciudad testigo
también de alguna “travesura” juvenil.
Y en poco tiempo nos sumergimos por sus empedradas calles, nos dejamos engullir por sus edificios de piedra, por su silencio, su serenidad, hasta llegar a la Catedral y regresar para perdernos una vez más por sus calles hacia la fachada de la Universidad.
Pero vuelvo a la “rana”. No recordábamos donde estaba tan solo que ese encontraba encima de una calavera así que la busqué. Suerte, solo hay tres o cuatro, así que no fue difícil. Y tras este guiño al pasado pusimos rumbo a la plaza mayor dejando a un lado la Casa de las Conchas.
Y pusimos rumbo a Zamora donde teníamos previsto dormir.
En una hora llegamos al área que esta ciudad tiene cerca del centro ( 41.503410,-5.756397)
un lugar junto a un parque muy tranquila y agradable, y nos fuimos a pasear por
la ciudad.
En diez minutos, o
menos, recorrimos la escasa distancia que separaba el área de autocaravanas del
centro, de la Catedral.
Y de nuevo nos dejamos
seducir por la magia de la piedras y paseamos por lo que parecía ser su calle
principal aunque nos desviamos de ella
para asomarnos al Mirador del
Troncoso y contemplar una hermosa vista del puente de piedra sobre el Duero, iluminado ahora por la
intensa luz del atardecer del otoño.
Una vez recuperada nuestra posición en esta calle que íbamos encontrando cada vez más animada de gente, nos encontramos con la iglesia de Santa María Magdalena, con una hermosa y sencilla portada con motivos vegetales. En su interior austero y sencillo, destaca el sepulcro que se asigna a un caballero templario y que parece pertenecer al final de románico. Se trata de una dama que yace junto a relieves de animales y seres mitológicos. La talla en cuanto a las telas y los marfiles representados es magnífica, siendo considerada una pieza de importancia capital.
Continuamos perdidos hasta la Plaza de Viriato donde está el Parador de turismo, para dirigirnos a la iglesia de Santa María la Nueva rodeada de edificios más modernos dando la sensación de no pertenecer a este lugar como si quisiera resistirse al paso de los siglos, al transcurso de la historia. De su interior destacaba una hermosa Pila bautismal.
Desde aquí regresamos sobre nuestros pasos y continuamos hasta una gran plaza llena de terrazas y de animación. Y ahora sí, decidimos regresar a nuestra casa para cenar y descansar.
Un poco más de media
docena de autocaravanas nos acompañaron. Es curioso. Otoño, octubre y un lunes
festivo pero ya el martes no era, y encontramos gente.
La temperatura
descendió bastante y pusimos la calefacción pero a los pocos minutos observamos
como la luz verde del mando parpadeaba en una cadencia fija: 5 ó 6 cortos y 2
largos. Y lo peor, no funcionaba.
Buscamos instrucciones
pero no encontramos así que recurrimos a nuestro amigo Jesús y según hablábamos
con él las hallamos. Jesús nos dijo que
el número de destellos describía la avería que se debía a un fallo en la alimentación. Angel dijo que
no debíamos tener gasoil ya que estábamos en un 1/4 de depósito. Según nuestro amigo debería haber
una pegatina en la puerta, junto al depósito de
gasoil informando de esto, pero no era nuestro caso. Sea por lo que fuera, ahora lo importante era disponernos a pasar
una noche fresca. Hicimos acopio de mantas, dos pequeñas y una grande y
hundidos en ellas nos fuimos a la cama. La temperatura bajo hasta los 11 grados
pero no pasamos frío.
(Puente de Requejo, Melenes, Rabanales y Villardeciervos)
En la mañana del 13
de octubre el termómetro marcaba 9ºC . La que más frio tenia, la pobre Tula
que tiritaba así que la arropé con un anorak y se hizo una rosco enterrándose
en él. Después de desayunar, partimos hacia la presa de Villalcampo.
Y paramos en la
primera gasolinera Repsol que había localizado en google map y nada más llenar
el depósito encendí la calefacción comprobando que el parpadeo había cesado y
que el funcionamiento parecía normal. Otra lección aprendida. Aunque no dejo de
pensar que tener más de ¼ de depósito para que funcione la calefacción es mucho
depósito. Luego algo nos han comentado de que posiblemente el “macarrón” sea
corto y por eso tengamos que tener más gasóleo, pero es lo que tenemos.
Tendremos que estar más pendientes.
Tras unos kilómetros
dejamos la autovía para internarnos ya por carreteras locales en las que empezamos
a encontrar niebla. Circulamos por páramos
salpicados de robles y encinas aquí y allá y en poco tiempo llegamos al Duero
vislumbrando un meandro a nuestra izquierda y tras descender llegamos al poblado
de la presa de Villalcampo.
Atravesamos la presa y
ascendimos para continuar nuestro camino hasta el puente de Requejo. Seguimos circulando por hermosos pero inhóspitos
y duros paisajes castellanos hasta llegar a este peculiar puente cargado de
historia. No encontramos sitio donde aparcar para hacerle una foto pero como
íbamos solos pude detenerme en medio de la carretera para que Angel lo
fotografiara. Al cruzarlo vimos las fechas que figuraban gravadas en las
farolas situadas al principio y final de este puente: 1914.
Las dificultades que mostraba su montaje, hicieron que ninguna constructora se presentara a las primeras subastas de la obra. La primera empresa asturiana adjudicataria tuvo dificultades para su montaje lo que la obligó a ceder la obra a otra sociedad, que a su vez, tuvo que suspenderlos y abandonarlos por las dificultades técnicas derivadas del montaje. La obra volvió de nuevo a manos de su anterior contratista que con mano de obra de la zona, consiguió finalmente terminarla, sin que durante el montaje del arco se produjera incidente o accidente alguno. Costó 599.000 pesetas, casi el doble del presupuesto.
Tras ascender un poco
encontramos un sitio para aparcar, bueno, con dificultades ya que lo pude hacer
por estar solos y entrando marcha atrás ya que solo era accesible para
turismos.
Desde allí contemplamos un hermoso paisaje, del Duero al fondo y este magnífico puente atravesándolo. Cuando enviamos las fotos a nuestros hijos, la compañera del pequeño nos dijo que no era cualquier puente, que ella, profesora en la universidad, lo explicaba en clase. Nos contó que fue el símbolo de la revolución industrial en España. Al parecer trajeron las piezas en carros desde Asturias .
Continuamos ahora
hacia Rabanales y en nuestro camino dimos con Pino de oro donde al parecer hay
unas minas romanas de oro, pero busco en internet y veo que para llegar hay que
caminar 6,5 km por una senda circular y hoy estamos perezosos así que
continuamos nuestro camino hasta llegar a lo que parecía la calle
principal de Melenes.
Asomados a ella, nos
quedamos parados ya que lo que teníamos frente a nosotros daba un poco de miedo
principalmente por su aparente estrechez. Así
que Angel se bajó para comprobarlo y regresó diciendo que cabíamos justos. Así que nos lanzamos. A ambos lados de la
estrecha carretera, casas de piedra, la mayoría establos, pobres, paupérrimas,
diría yo, con el asfalto lleno de boñigas de vaca. Cómo sería la carretera que
lo atravesaba que me equivoqué y continúe casi hasta meterme por un camino.
Despacito dejamos
atrás este lugar cuya aparente pobreza era sobrecogedora, hasta llegar en poco
tiempo a Rabanales de la que había
leído que tenía rincones de interés. Inicialmente no apreciamos nada, pero
pensamos que a lo mejor nos dejábamos algo así que aparcamos y paseamos por lo
parecía ser su calle principal hasta llegar a la casa consistorial sin
encontrar nada, pero nada que llamara nuestra atención así que pusimos rumbo
directo a Villardeciervos, nuestro destino para esta noche ya que mañana nos
habían citado a las 7,45 para ir a ver los lobos.
En Villardeciervos habíamos
estado en el año 2004, con nuestros
hijos. Ya había llovido en 16 años. Entonces hicimos noche dentro del pueblo y
recuerdo que era bonito. Por la tarde eché un ojo al relato que escribí en su
día en el que hablaba de Villardeciervos, Linares y Santa Cruz de Cuérragos y a esta última localidad desconocía si podríamos llegar mañana ya que entonces hablaba de una carretera muy
estrecha.
En Villardeciervos han construido un área para autocaravanas (41.946870, -6.285035) que aun no han inaugurado, pero que a mi juicio es poco atractiva (en enero del 2021 viene calificada únicamente como aparcamiento sin ningún servicio), así que una vez vista nos dirigimos al embalse de Valparaiso. En park4night había varios comentarios de una par de sitios o más por la zona del embalse. Llegamos a un merendero, junto al embalse en un sitio muy agradable, con mucho espacio y soledad (41.960508, -6.298250).
Comimos y descansamos
y mientras lo hacíamos llegó algo parecido a un camión de mudanza que
permaneció toda la tarde. Llamamos a Miguel Angel, de la empresa Aherca cuyo
teléfono me facilitaron junto a otros de otras empresas que se dedican a este
tipo de turismo, en la oficina de turismo de Villardeciervos, para confirmarle que
estábamos ya aquí y que mañana estaríamos a la hora fijada en el lugar que nos
indicara ya que tuvo la amabilidad de que no abonáramos ninguna señal. Y
también me confirmó que seríamos nosotros dos solos, preferencia que yo le había manifestado. La otra
empresa con la que contacté, Avistadelobo, cuyo costo era 5 euros por persona
inferior a esta, pedía un número mínimo de 3 personas siendo el precio mínimo de la salida de 90 euros. Con solo dos, tendríamos que abonar 45 euros
cada uno.
Salimos a dar un paseo
y comprobamos que el supuesto camión de mudanzas era un viejo camión de venta ambulante que
habíamos visto en Villardeciervos. Tomamos una senda muy fácil que discurría bordeando el embalse y que llegaba hasta creo, que la localidad de Cional. Pero nuestra
intención era únicamente estirar las piernas entre robles y brezo hasta que nos
cansamos y decidimos dar la vuelta.
En nuestro camino
vimos muchos excrementos que podrían ser de oveja o de ciervo. Yo pensé que
eran de ciervo puesto que aparecían aislados y las ovejas van en grupo y lo van
sembrando todo. Pero confieso mi ignorancia.
Al poco tiempo de
regresar vemos que el camión de mudanza
se va y en su lugar, a unos 50 metros, unos
jóvenes estaban montando una tienda de campaña. A mi siempre me sobrecoge algo
lo de pasar la noche solos en estos
sitios tan solitarios, pero tengo que reconocer que son lugares especiales por
la paz de la que se disfruta. Ahora, cuando termino de escribir estas líneas nos ha rodeado la oscuridad.
Cuando veníamos de
nuestro paseo recordaba lo que una persona,
(a la que después de un tiempo desconocí) me dijo sobre lo que le sorprendió de mí y era
lo que yo disfrutaba de la vida. Yo no había sido consciente, pero era verdad,
tanto Angel como yo tenemos la gran suerte de disfrutar con cosas pequeñas y
sencillas como un paseo solitario junto a un embalse en una tarde de otoño y en
completa soledad. No necesitamos nada más, ni a nadie. Solo el uno al otro. Y
espontáneamente le dije a Angel que podría derrumbarse el mundo que mientras
estuviera con él no me importaría, que él era todo mi mundo y que no sabría qué
hacer si faltara. Después de casi 40 años de matrimonio y 43 de conocernos en
los que poco nos hemos separado, creo que el sentir esto y poder decirlo es
algo maravilloso y único.
Cenaremos y sacaremos
a la peluda que ahora dormita a hacer pis y aprovechamos para contemplar el
cielo de la noche que parece ser muy muy oscura.
La noche…negra, negra pero muy negra, pero como no podía ser de otra
forma con un cielo de escándalo. Marte, Júpiter y Venus se veían hoy con
claridad pero también la Via Láctea. Toda una belleza.
(Avistamiento de lobos, Villardeciervos y
Puebla de Sanabria)
A las 6,55 del día 14
de octubre, miércoles, sonaron los despertadores. Estaba profundamente
dormida así que sin poder desperezarme, saltamos de la cama, y tuvimos el tiempo
justo de desayunar para salir a las 7,30 a nuestro punto de encuentro. En el
horizonte lejano se atisbaba un poco de claridad, pero la noche seguía
reinando.
Llegamos 5 minutos
antes de la hora acordada y nuestro guía, Miguel Angel , llegó con 5 minutos de
retraso. Después de las presentaciones subimos a su land rover y nos dirigimos
por carretera un poco más allá de Boya. Allí (41.915682; -6.370267) tomamos una pista forestal que seguimos
durante pocos kilómetros hasta dejar el vehículo en un apartado del camino.
Miguel Angel sacó un telescopio para cada uno, los instaló, nos dio unas breves
instrucciones y nos dijo más o menos la zona por donde se habían avistado
últimamente una manada de lobos.
La noche aun dominaba
sobre el día pero poco a poco la claridad se fue adueñando de un paisaje algo
arbolado, donde abundaba el brezo y matorral bajo con algunos calveros en el horizonte donde
sería más fácil avistar ciervos o lobos. Situados en la falda de la ladera de
una montaña dominábamos un amplio horizonte que abarcaba 180 grados caracterizado por suaves elevaciones.
A cierta distancia
vimos cómo se situaban otros pequeños grupos de observadores como nosotros.
Amaneció y la claridad
iluminó todo y comenzamos a ver manadas de ciervos, grupos de varios miembros,
principalmente hembras con algún macho, pero también pudimos ser testigos de un
par de enfrentamientos entre dos machos. Disfruté de ellos sobre todo por Angel
que siempre me había confesado que era su deseo. Ya habíamos visto la berrea
pero no estas luchas. Lo había
conseguido. Y en el fondo, esta escapada había tenido ese objetivo inicialmente
aunque luego se había transformado por
el avistamiento de lobos.
El frío era intenso,
tanto, que a mediados de octubre eché de menos guantes y gorro de lana. Solo disponía
de un pañuelo grande así que protegí con él mis orejas y la garganta, y las
manos las escondí en las mangas del anorak que no sobró en ningún momento. Los
pies…helados y sólo recuperaron su temperatura después de comer. Curioso,
porque ese anorak que me protegió del frio de esta mañana zamorana había sido
de mi madre. Aun la recuerdo con él. Más pequeñita que yo y con este ancho
anorak parecía una pelotilla con patitas. Aunque ya no están, siguen cuidando
de nosotros.
Y allí permanecimos un
poco más de dos horas. Los ciervos comenzaron a esconderse aunque de vez en
cuando vislumbrábamos ejemplares solitarios, pero en un momento determinado
desaparecieron todos. Y, ni zorros, ni lobos, ni jabalís, ni ningún ungulado
más. Lo más decepcionante, ningún lobo. Más o menos era lo que pensábamos, pero
siempre teníamos la leve esperanza de tener suerte y poder avistarlos. No
parece que tengamos mucha cuando vamos a
ver animales. Pero al menos lo habíamos intentado.
Así que resignados con
nuestra suerte, maduró en mi cabeza la idea de acercarnos al Centro del Lobo Ibérico.
Miguel Angel nos dijo que desde Puebla de Sanabria la carretera era buena, así
que después de pagarle los 35 euros por persona, nos despedimos y ya en la
autocaravana hicimos la reserva online, ya que debido al covid no se podía hacer de otra manera. Y algo nos
costó, pero al final lo conseguimos. Concertamos la entrada para mañana a las 10,30.
Ahora paseamos un poco por las calles de Villardeciervos, con hermosas casonas de piedra de granito balconadas de madera para poner rumbo a Linarejos y Santa María de Cuérragos, a donde estuvimos 16 años atrás.
Inicialmente la
carretera era buena discurriendo por hermosos bosques de robles y castaños y entre suaves lomas. Paisaje no muy agreste,
verde, arbolado, lleno de vegetación.
Hasta que llegamos a
donde la estupenda y envidiable memoria de Angel no falló: un puente que pasaba
por debajo la vía del tren y que también figura en el relato que en aquella
época hice. Sacó un metro y midió. De ancho no teníamos problemas pero la
altura era de 3,05 metros, justo la que teníamos en nuestra autocaravana. Aun
así, y ya que habíamos llegado hasta aquí, lo intentamos. Angel ascendió un
poco por una ladera para vigilar y yo
despacito introduje el morro, pero al llegar a la mitad, me dijo que seguramente
rozaríamos el enfriador, así que ….marcha atrás y de regreso a Villardeciervos
para poner rumbo a Puebla de Sanabria. Es el precio que tenemos que pagar por
disfrutar de un vehículo más confortable que cuando estuvimos por aquí la
primera vez, que fue con la California.
Después descendimos
por una calle lateral descubriendo que era un más hermosa que la principal por
la que habíamos subido. Elegante, sobria, la piedra y la madera eran las reinas indiscutibles.
Compramos, como aquel
entonces, unas piedras (dulces de chocolate con frutos secos), cuatro, porque
las que compráramos nos las comeríamos, y ya nos sobran kilos, y regresamos a
la autocaravana donde disfrutamos de una relajante ducha para finalizar un día,
algo frustrante. Mañana….sería otro.
Y por la noche la calefacción
comenzó de pronto a hacer un ruido tremendo, como si el ventilador rozara con
algo, y el ruido era parecido al de una moto, hasta tal punto que salí de la
autocaravana para confirmarlo. Y no, no era ninguna moto. Éramos nosotros. Tuvimos
miedo de dejarla encendida así que decidimos apagarla. Y la temperatura comenzó
a bajar aunque antes de irnos a la cama no lo notamos. Tuve que repetir la
operación de la noche de Zamora rescatando una vez más todas las mantas para
taparnos con ellas. Y si bien no tuvimos frío al principio de la noche, a las 6,30 la cosa cambió. El termómetro
marcaba 5 grados y fuera se notaba el frío. La pobre Tula apareció en mi
almohada pidiendo auxilio. Nunca jamás lo había hecho. Ella se sube a los pies
y allí se enrosca por lo que supuse que el frio la había empujado hasta allí, así que pusimos
un anorak sobre las sábanas y terminamos los 3 en la cama tapados hasta la
nariz hasta las 8,30 en que nos levantamos. Y sobrevivimos a lo que ahora
denominan “pobreza energética”. Y yo, que me he criado en Madrid, en un bajo
sin calefacción, una casa fría en invierno, descubro como bien dice mi hermana,
que hemos padecido esa “pobreza energética” de la que ahora hablan tanto.
Curioso.
La mañana del jueves 15 de octubre nos sorprendió una
débil capa de hielo sobre la claraboya delantera y el césped estaba cubierto de
un manto blanco. Frío. Nos vestimos rápido y yo envuelta en una manta tomé mi
desayuno. Antes de salir busqué el teléfono de algún servicio técnico de
webasto para contar lo que nos pasaba a ver que nos decía. Llamé a uno de
Sevilla y nos dijo que intentáramos desconectar los fusibles y conectarlos
después a ver si se arreglaba, pero que eso tenían que meterlo en una máquina
para ver que error les daba (hoy todo hay que meterlo en una máquina de
diagnosis). No lo hicimos quizás porque le vimos un pelín despistado y aún
podíamos esperar a ver si Roulot nos daba alguna solución más plausible.
Y partimos a las 9,30
hacia el Centro del Lobo Ibérico a unos 8 km de Puebla de Sanabria. Por una estupenda carretera llegamos a las
10,05 y ya había algún que otro turismo, pocos.
Luego se sumó una autocaravana de unos catalanes y una camper hasta
reunirnos un total de ocho personas en
cuatro vehículos distintos que pasaban
por toda la gama: turismo, camper y autocaravana.
Dejamos la nuestra
casa abierta y de cara al sol para que se calentara ya que tuvimos que dejar a nuestra amiga
peluda dentro y recorrimos los 400 metros que separaban el aparcamiento de la
entrada al centro.
A la hora en punto nos
recibieron comprobando nuestros nombres, y pasamos al interior donde nos dieron una breve charla introductoria y nos mostraron
un video de una loba que hacía cinco meses que había parido tres lobeznos. Nos
aportaron datos generales sobre su
población, y nos explicaron muchas cosas
sobre los lobos, desmitificando a este animal tan castigado. No sé cuánto
tiempo duro esta introducción pero me
resultó muy interesante.
Y salimos ya al exterior en busca del lobo con otro monitor, el veterinario, Javier, otro entusiasta de su trabajo, porque tengo que añadir que si algo caracterizaba al personal que nos guió durante toda la visita es el entusiasmo por su trabajo. Javier también nos contó cosas sobre los lobos y a través de un camino por un pinar nos acercamos a un hite. Allí entró en escena Carlos Sanz, toda una celebridad, quien tuvo la suerte de trabajar con el mítico Felix Rodríguez de la Fuente, confesándose su heredero y actual responsable del mantenimiento y manejo de los lobos .
Desde unas pasarelas observamos como los lobos acudían a su llamada y desde varios puntos iban apareciendo entre los pinos hasta reunirse unos seis.
No puedo describir con
palabras lo que sentí cuando vi por primera vez a este animal aunque fuera en
semilibertad. Y es que son hermosos,
fuertes, nobles. En realidad, como confesé, yo no sabría distinguir entre un
perraco adulto y un lobo –confesión que escandalizó a Javier- pero estos
animales están rodeados de una leyenda y mitos que para mí los eleva a casi
sagrados y admiro su fortaleza, su belleza, su gallardía.
En cuanto a su comportamiento
de caza, el hecho que a nosotros nos
parece salvaje, de que cuanto atacan a un rebaño matan a todas las ovejas que
puedan se debe a un comportamiento instintivo de conservación, ya que ese
ganado muerto es escondido y puede servir de alimento a la manada en épocas de
escasez. Por tanto, no se debe a un “instinto asesino” como muchas leyendas les
atribuyen si no a simple supervivencia.
Allí estuvimos
disfrutando de Carlos y sus lobos, de cómo les daba de comer con la mano, mano
con un buen guante, y a él acudieron todos admitiendo sus caricias y
carantoñas. Pero también leímos que fue atacado por uno de ellos tiempo atrás
sufriendo graves lesiones aunque se recuperó fácilmente de ellas. En su
momento, él explicó el ataque de este lobo como protección hacia una loba
preñada (https://www.educa2.madrid.org/web/argos/inicio/-/visor/nuestro-amigo-carlos-sanz-aclara-su-incidente-con-el-lobo-atila-) . Y allí estuvimos disfrutándolos y admirándolos.
De allí nos acercamos a
otro sitio donde estaban los tres lobeznos de cinco meses de un tamaño ya muy
similar al de un adulto con sus padres. Acudieron a la llamada de Carlos
que les dio la comida en la mano. ¡Qué maravilla!. Aquello era mágico. Me
parecía regresar a mi infancia, a la magia que creaba cada capítulo del
programa de “El hombre y la tierra” del entrañable Felix Rodríguez de laFuente, que conseguía reunir a toda la familia en torno al televisor, para verle
a él rodeado de sus lobos, tratando de desmitificar la leyenda negra del
lobo, al igual que Carlos que mantenía
con ellos la misma posición que recordaba en los capítulos de Felix Rodriguez
de la Fuente.
Fueron unos momentos especiales que despertaron emociones intensas difíciles de calificar ya
que se mezclaron recuerdos de la infancia junto con emociones y sentimientos del
pasado, de mi infancia, con los del presente creando una sensación casi de irrealidad.
Y si en la página web
dice que la visita dura dos horas, nosotros estuvimos más de tres. Y las 13,30
llegaron apenas sin darnos cuenta, pero nadie se aburrió, nadie quiso irse
antes ni manifestó ningún síntoma de inquietud, todos fuimos contagiados por el
entusiasmo de Carlos y Javier quienes nos relataron muchas anécdotas siendo ambos un pozo de sabiduría, además de tener su punto
de gracia. Y Carlos, más mayor, un honor haber disfrutado de su felicidad, de
su comunión con este animal tan especial porque yo creo que ambos, son uno.
En fin, una delicia,
una visita completamente aconsejable aunque según ellos antes de la época covid
llegaban a tener 400 personas en grupos de 25. Yo así no disfruto. Ya he
comentado lo especial o rara que me voy haciendo. Sin embargo fue todo un lujo
disfrutar de esto en un grupo tan reducido en el que además, y como anécdota, uno
de los miembros era fotógrafo de la naturaleza quien nos contó que había fotografiado al lobo
salvaje en Polonia pero después de tener que dormir casi al raso durante días
hasta conseguirlo.
Y aprendí más en este
rato, que ayer con Miguel Angel en exclusiva durante las dos horas de espera intentando
ver al lobo. Y es que poco nos contó
sobre estos hermosos animales pese a que
mi insaciable curiosidad lo sometió a un interrogatorio, aunque también supongo que depende de lo
comunicativa y sociable que sea la persona y Javier y Carlos lo eran mucho. Además de
buenos comunicadores. Pero, sinceramente, la entrega y el entusiasmo que
emanaban Javier y Carlos, ni siquiera definía a Miguel Angel que fue más
distante.
Antes de tomar la
carretera que nos llevaba a esta ermita, decidimos a asomarnos a esta zona que
estaba tan solo a 400 m, en Trefacio y descubrimos un lugar estupendo (42.102093,
-6.643676). Un chiringuito que estaba abierto y ofrecía su hospitalidad a los
autocaravanistas situado junto a un rio
en una zona de baño y en una explanada arbolada y con césped. Tan solo una
autocaravana más en la que no vimos movimiento alguno por lo que después
pensamos que sería de los dueños del chiringuito y la tenían aparcada allí. Y un regalo: encontramos agua y vaciado de
negras y grises. Perfecto. Decidimos que aquí nos quedábamos y aquí estamos
ahora.
Antes me acerque a saludar a la persona que atendía el bar. Me dijo que el punto de agua era del ayuntamiento y que este verano habían llegado a reunirse hasta 100 autocaravanas. Para mi pensé que qué horror, yo veo eso y huyo, pero desde luego el lugar es muy hermoso.
Aquí ahora reina la
paz y de la noche solo espero que la calefacción…. funcione. Y tengo que decir
que cuando llegó el momento, lo hizo. Un poco de ruido que en segundos desaparece
y ahora ya silencio. Hemos hablado con
el servicio técnico de Madrid y nos han dicho más de lo mismo. Tienen que meterla
en la máquina para ver el error. Piensa que se haya podido introducir alguna hoja o
algo que haya impedido la marcha normal del ventilador, pero que tienen que
verlo. Que si surgiera algún problema grave, el sistema se protegería apagándose, así que
seguiremos con ella encendida y que la suerte nos acompañe. Y nos acompañó. (el servicio técnico hizo una revisión y
comprobaciones y no encontró avería alguna sugiriendo que podría ser algún vegetal
que se introdujera en el ventilador de la calefacción)
Mañana queremos visitar la iglesia visigótica
de San Pedro de la Nave en el Campillo y luego depende de como estemos,
dirigirnos a las lagunas de villafafila ya que este fotógrafo de la naturaleza
con el que coincidimos en el centro del lobo ibérico nos dijo que habían visto
bastantes avutardas.
Y en la mañana del 16 de octubre también amanecimos con una suave capa de escarcha.
Nos acercamos a descargar agua y así ir más limpitos a casa, pero la manguera
del agua limpia se había congelado así que sin poder realizar la operación
pusimos rumbo a El Campillo.
Mi hermana, que durante una época de su vida
profesional dio con sus huesos por estos lares, nos había dicho que era de lo más bonito que
podíamos ver por estas tierras, así que animados por este comentario pusimos
rumbo a este lugar .Tras circular atravesando las llanuras castellanas,
llegamos a esta pequeña localidad que a sus afueras guarda este tesoro
visigótico, San Pedro de la Nave.
Dejamos la
autocaravana aparcada en un lugar adecuado para ello y nos dispusimos a
visitarla. Hay un pequeño centro de visitantes donde una persona nos vende las
entradas. Y la comenté las dificultades
que habíamos tenido, ya que yendo de Zamora hacia Villardeciervos quisimos
visitarla, pero fue completamente imposible ya que tiene un horario de apertura
riguroso. Y nos comentó que antes un vecino guardaba la llave y cuando alguien
quería visitarle se la abría. Ahora el cura les había limitado días y horas y
ordenaba como si fuera de su propiedad. Nosotros pudimos regresar, pero otros
supongo que no lo harán.
Construida en piedra
arenisca fina y rojiza, el exterior es sencillo y nada induce a pensar lo que
encontramos en su interior.
Accedemos y topamos con un conjunto hermoso, sencillo, de una gran armonía y bien proporcionada y en un estado de conservación estupendo. Tiene una decoración escultórica excepcional para la época por el magnífico estado en que se encuentra, y nuestra atención se fija principalmente en dos capiteles historiados, uno representa el sacrificio de Isaac y en otro Daniel en el foso de los leones aunque también destacan los símbolos antropomorfos de los evangelistas en las bases de las columnas.
Al parecer es el monumento más interesante que nos ha llegado del
periodo visigodo y uno de los mejores del arte español altomedieval.
El arco de herradura, abundante en todo el edificio, es uno de los
elementos esenciales de este templo y sorprende la división del espacio
disponible, de manera que impide una visión unitaria y tamiza la luz hacia el
crucero, lo que produce un ambiente misterioso.
Resumiendo: merece la pena desviarse a este lugar que parece estar en medio de la nada pero que guarda un tesoro de gran valor y belleza. Es quizás de las más hermosas que hemos disfrutado.
Ahora nos dirigimos a las lagunas de Villafáfila para comer allí. Pero cuando llegamos…estaban secas, completamente secas. Nos acercamos a algún mirador que otro circulando por caminos de tierra abiertos en una inmensa llanura, pero el polvo era lo único que reinaba. Y sentí tristeza. Pero en un punto de nuestro recorrido pudimos ver un grupo de avutardas. Paramos y con mucho cuidado, lentamente intentamos acercarnos, pero ellas, también lentamente se iban alejando hasta desaparecer detrás de una loma. Bueno, por lo menos había disfrutado algo de estas aves tan emblemáticas y que formaron parte de las imágenes que guardaba mi madre de su infancia cuando me decía que paseaban entre las vacas cuando ella las cuidaba.
Buscamos un lugar donde poder comer tranquilamente para iniciar ya nuestro regreso a casa.
Mª Angeles del Valle Blazquez
En Boadilla del Monte, Enero de 2021, a una semana de haber caído una gran nevada que ha cubierto con su manto blanco toda la zona centro de la península y también Madrid, que aún continua sufriendo las consecuencias de una caída persistente de nieve que duro más de 24 horas sin parar. Y a menos de un mes de estrenar mi deseada jubilación.
Pero pese a todos los problemas que nos ha dado (nos ha dejado incomunicados, con mas de 40 cm de nieve, ha cubierto coches que hemos tenido que desenterrar, nos hemos tenido que abrir paso a golpe de pala y azada, y seguramente a otras personas mucho más que problemas), el paisaje que ha dejado ha sido de una belleza espectacular.
A su paso, Filomena, que así han llamado a este temporal, ha generado unas estampas duras y frías, y seguramente tragedias, pero también ha unas imágenes espectacularmente hermosas que posiblemente y por nuestra edad, no volvamos a disfrutar.
Y una vez más, frente a la mezquindad de nuestra clase política, ha surgido la solidaridad de la población.